22 de diciembre de 2021
Lo que Epicteto y el estoicismo pueden hacer por tu felicidad
22 de diciembre de 2021
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Filosofía, Epicteto y tu felicidad.
La filosofía es una gran herramienta que bien utilizada tumba a cualquier actual gurú del desarrollo personal. Esto se debe a que tenemos a cientos de grandes pensadores que, a lo largo de la historia, dedicaron toda su vida a intentar dar respuesta a las cuestiones sobre las que todos tenemos algún tipo de duda. Por tanto, yo encuentro en los grandes filósofos, la motivación, la esperanza y la inspiración para descubrir nuestro centro y lugar en el mundo.
Hoy no te vengo hablar de un filósofo cualquiera, sino de Epicteto, un señor que seguramente te puede dar aprendizajes mayores de los que crees y, sobretodo, alguna clave para que vivas con más ligereza tu propia vida.
Pero antes de empezar a analizar las enseñanzas filosóficas de este pensador y como podemos aplicarlo a nuestra vida, tendríamos que hablar, aunque solo sea una pincelada muy pequeña, sobre la vida de este valioso filósofo que, además, tendrá mucho que ver en las sesiones de reconstrucción personal que tengo el placer de dirigir.
Epicteto y su camino
Epicteto nació en el antiguo Imperio Romano en el siglo II, en un territorio que correspondería a nuestra actual Turquía.
Este filósofo forma parte de la escuela estoica, concretamente al estoicismo tardío, junto a filósofos como Séneca o Marco Aurelio.
Epicteto fue un esclavo del Imperio y esto no es un dato irrelevante, porque para mí, el hecho de que experimentara una vida con una situación tan extrema justifica todo su planteamiento filosófico y las lecciones de vida sobre las que vamos a hablar a continuación.
Epicteto nos dice que podemos ser felices a pesar de cualquier circunstancia. Otros estoicos también basan su pensamiento en esta premisa, pero lo cierto es que ellos sí tenían riquezas y poder y, por lo tanto, es muy poco honesto afirmar que la riqueza no da la felicidad cuando vives en la opulencia absoluta. En este caso, nuestro protagonista no solo cuenta el relato de la escasez y de las penurias desde la lejanía teórica, sino que lo vivencia en sus propias carnes.
Epicteto es liberado de la esclavitud cuando tenía aproximadamente 40 años y desde ese momento comienza a impartir clases de filosofía. A esas clases asiste como alumno el filósofo Flavio Arriano, que será el encargado de transcribir los conocimientos y pensamientos de Epicteto que, como otros filósofos, murió sin dejarnos nada escrito directamente por él.
Esta frase podría ser una de las claves para entender el pensamiento de este filósofo. Poner foco en las cosas que podemos controlar y aceptar aquellas situaciones de las que no tenemos control.
En los tiempos que vivimos, estamos acostumbrados a que nos lleguen mensajes de que todo es responsabilidad de uno mismo y que podemos con todo, sin embargo, no es así. Esta creencia lejos de aliviar nuestro camino lo hace más complejo e intransitable.
Podríamos plantearnos sobre qué cosas realmente tenemos el control: Salud, finanzas personales, buenas relaciones de pareja, etc. Reflexiona sobre esto y sobre lo que consideras tu responsabilidad y lo que no.
Seguramente tenemos el control de menos aspectos de los que creemos. Esto no quiere decir que seamos sujetos pasivos de esta realidad, sino que pase lo que pase, si no depende de nosotros directamente, nuestra postura debe ser de aceptar esos sucesos. Para Epicteto era clave poner el foco en lo que está bajo nuestro control, ya que todo lo que este fuera de ese margen, no es un lugar seguro donde depositar nuestra felicidad.
Para Epicteto, como para otros filósofos, no es negativo tener riqueza, fama, buena salud, éxito o amor. Lo que está mal es depositar nuestra felicidad en esos lugares porque son espacios movibles, no son aspectos que dependen de nosotros al 100%. Mejor enfocarnos en tener una vida virtuosa.
Efectivamente es mejor tener éxito, dinero, amor y cualquier cosa que nos reporte cosas buenas, pero en ningún caso que sea una condición para manifestar nuestra felicidad. La felicidad debe residir en vivir con armonía con nuestro propio destino y en la práctica de las virtudes éticas. Si la felicidad esta dentro, da igual lo que ocurra fuera, porque ese bienestar siempre estará bajo nuestro control independientemente de las circunstancias.
Es maravilloso si tenemos dinero, pero no dejar de ser feliz por el hecho de no tenerlo. Estemos viviendo un momento financiero óptimo o desastroso, nuestra felicidad debe seguir estando presente y no dejar que sea algo vulnerable de lo que tenemos en el exterior. La riqueza o la pobreza no debe ser motivo de nuestro bienestar. Quizás esa cantidad de riqueza no dependa de nosotros en todo caso, pero el bienestar interior sí lo es.
Las tres disciplinas de Epicteto
1. De los deseos y las aversiones.
Las aversiones podrían ser la falta de salud, desprecio social, pobreza, fracaso, etc. Para Epicteto esto no depende de nosotros y, por tanto, no debemos ubicarlo en la balanza negativa. No quiere decir que luchemos hacia ese lugar o que queramos vivir en las peores condiciones, simplemente que si en algún momento llegamos a estar en una situación que no es tan favorable, estará dentro de nuestro control ser felices igualmente, porque justo esto último sí está bajo nuestro control.
2.De la acción.
La acción es clave para este estoico. La sabiduría para un ser humano no debe ser teórica sino de acción. Debemos buscar el bienestar propio y la de nuestro grupo.
Por ejemplo, si soy un profesional en un determinado campo, intentaré ser el mejor dentro de mis posibilidades, trabajaré con rigurosidad y daré lo mejor de mí sin dejar de formarme y dando el mejor servicio posible, haciendo algo bueno por otro. Traducido al lenguaje del actual desarrollo personal, Epicteto diría algo así como “sé tu mejor versión en todas las esferas de tu vida porque eso sí depende de ti”.
Entendiendo en todo caso que el resultado no dependerá de mí al 100%, pero sí las acciones que tome para lograrlo. Por supuesto, también dependerá de mí lo que haga después de obtener ese resultado (favorable o no).
Puedes ser un gran gestor de tus finanzas personales, pero que te roben todo tu dinero, que tu moneda se devalúe, etc. No importa el hecho objetivo sino nuestra capacidad para gestionarlo.
Lo importante es vivir en armonía independientemente del resultado final. Puedes ser una persona amorosa y no ser amado, puedes ser un rey de las finanzas y pasar tus últimos días arruinado. Puedes cuidar tu salud de manera extrema y enfermar gravemente.
Ponemos foco en la acción, pero no en el resultado porque tu felicidad no es el resultado.
3. Del asentimiento.
Esto hace referencia al exceso de carga sentimental que hacemos sobre algunas cosas en la vida, sobretodo lo destructivo: desesperanza, tristeza, ira, melancolía, etc. Epicuro nos diría en el actual lenguaje que debemos dejar de ser víctimas del drama y tomar responsabilidad sobre nuestras emociones. Al menos, me le imagino diciéndonos algo así.
Para el filósofo la felicidad no depende de lo que nos ocurre sino de la interpretación que hacemos de lo que ocurre, de cómo manejamos esa realidad que se nos presenta
Las situaciones no son buenas ni malas, solo son, por tanto, si lo interpretamos del modo negativo nos estamos castigando voluntariamente.
Epicteto y el desarrollo personal.
El actual desarrollo personal nos dice que podemos con todo, que si te lo propones puedes tener una gran salud, ser rico o tener éxito. Sin embargo, siendo un poco más humildes, sabemos que todo eso no depende de nosotros. Este falso desarrollo personal que nos vincula solo a los objetivos puede ser muy peligroso y frustrante.
Imagina que hablamos de nuestra salud: Nos responsabilizamos de llevar una alimentación óptima, usamos suplementos, mantenemos el equilibro emocional en plena forma, hacemos ejercicio, respiramos aire limpio, tomamos agua filtrada, alimentos ecológicos, y en definitiva, hago todo lo que está en mi mano. Es decir, llevo a la acción todo aquello que esta bajo mi control. Esto debería ser aquello que los estoicos denominan ser “virtuoso”.
Sin embargo, todo esto que estoy llevando a cabo, no va a hacer que mañana no tenga un cáncer, una enfermedad autoinmune o que una patología acabe con mi vida en menos de un mes. Los resultados queramos o no, nunca van a depender de nosotros al 100%. Lo que sí dependerá es cómo vamos a gestionar esos resultados obtenidos.
Tomamos acción en cada parcela de nuestra vida, pero también nos rendirnos a que no tenemos el control absoluto de todo y que los resultados no son del todo predecibles. En todo caso, la felicidad y bienestar no dependen de los resultados, porque obtengamos el resultado que obtengamos estaremos bien.
Si a pesar de estar poniendo todo de nuestra parte, no obtenemos el resultado óptimo, no pasa nada, seguiremos tomando acciones para corregir los resultados deseados, pero no nos desplomamos por no haber llegado a esa meta.
Cuando llegue la enfermedad, hacemos que nuestra felicidad no decaiga, porque cómo nos lo tomamos vuelve a estar en nuestra parcela de responsabilidad.
Esto nos libera de una gran carga que nos hemos impuesto. Estamos acostumbrados no solo a escuchar que el resultado siempre es nuestra responsabilidad, sino que si no lo alcanzas es porque lo hiciste “mal” o no diste lo suficiente. Pero decirnos esto, nos llena de culpa, frutración y remordimiento, y puede ser muy contraproducente para nuestra experiencia personal.
Todo no depende de nosotros, y eso es un hecho. Lo que si depende es la interpretación que hacemos de lo que nos vaya a ocurrir y cómo nos vamos a tomar el resultado. No importa lo que ocurra, pero sí lo que vamos hacer con ello.
A lo largo de nuestra vida, nos van a ocurrir cosas que escapan de nuestro control: Si mañana mismo cae un rayo sobre de tu casa, es imposible que lo supieras o que pudieras evitarlo. Lo que si podrás hacer es determinar qué acciones vas a tomar cuando eso ocurra y cómo lo vas a interpretar. ¿cómo te lo vas a tomar?, ¿vas a quedar en la inacción y en la queja o vas a tirar para delante para alcanzar la realidad más favorable de ese suceso?
Yo puedo hacer todo lo que esta en mi mano para tener una salud financiera optima; ahorro, inversión, formación, diversificación… Hago lo que tengo que hacer en esta parcela de mi vida para optimizar mi realidad financiera. Pero si mañana me roban parte del dinero o si mi moneda local se devalúa un 500% es algo que no depende de mí. Puede que yo fuese muy previsor y tuviese dinero fiat en diferentes divisas, criptomonedas, acciones en bolsa, propiedades y arte, pero si todo eso se cae, no es mi responsabilidad, es algo que escapa de mi control. No puedo lamentarme y ser infeliz el resto de mi vida por ello.
Lo que sí será mi responsabilidad será cómo me tomo eso. ¿Qué haré a partir de ahora que soy pobre debido a esos eventos externos?, ¿voy a permitirme ser un desgraciado o voy a ser feliz porque mi obligación es ser un virtuoso en cualquier caso.
Tomemos todas las medidas a nuestra disposición para llegar al lugar que queremos, pero, en el caso que algo no vaya como esperábamos, sabremos mantener la paz interior. Lo importante no es el lugar sino mi capacidad para mirarlo.
Seamos esclavos o liberados, pero siempre virtuosos.
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